miércoles, 26 de octubre de 2011

cambio de residencia y operación en el horizonte



    He tenido bastante lío estas últimas semanas. N. y yo nos mudamos, asuntos familiares, nos volvemos a nuestra tierra norteña. Y hemos estado recogiendo el piso y organizando las mil cosas que una mudanza supone. Escribo rodeada de cajas de cartón, plástico de burbujas y cintas de embalar. Afortunadamente, ya está casi todo listo, en cuatro días nos vamos.




    Además de estar pendiente de dónde meto los libros, cómo guardo los abrigos, cuánto cuesta la furgoneta, etc., etc., he tenido que plantearme si pasar por el quirófano antes de empezar otro tratamiento, y tras mi última visita médica, la conclusión es que sí. El médico del que hablaba en mi anterior entrada me ha dicho que mi calidad de vida mejoraría, que con una buena limpieza y resección de mis focos endometriósicos la cosa cambiaría hasta tal punto que podría llevar una vida normal, tal vez con un ibuprofeno de vez en cuando (¡qué gloria, ahora que cada dos por tres ando dopada con codeína y tramadol para poder tirar pa'alante!) y afrontar cualquier técnica de reproducción asistida en mejores condiciones. Ahora me queda encontrar la forma de que me hagan la operación precisa médicos que me merezcan confianza (yo al quirófano sólo vuelvo a entrar si tengo total confianza en que va a servir para algo). A ser posible, no muy lejos de donde vivo y con la colaboración de nuestro seguro, que para eso lo pagamos. Aunque si no es posible conseguirlo todo, habrá que pedir más dinero al banco y pagar a quien sepa hacer algo que realmente me sirva, yo necesito que me hagan esa operación, el dolor me está desquiciando.

    Hasta ahora siempre me habían dicho que no me serviría de nada operarme, que quitarme los quistes de los ovarios no me garantizaba nada en lo que respecta al dolor... Ahora sé que me pueden tratar los otros puntos afectados, que son los que me duelen más, sin que en el proceso haya que llevarse por delante mi aparato reproductor al completo. Luego, en el futuro, ya sé que es posible que la endometriosis vuelva a dar la lata, esto es así. Pero, por favor, un tiempo con mejor calidad de vida, un tiempo para afrontar un nuevo tratamiento, tal vez tenga suerte y me quede embarazada a la próxima... Una vez que consiga mi sueño, las operaciones quirúrgicas para librarme del dolor se plantearían ya de otro modo.

    Me encuentro cansada, ustedes comprenderán, creo que me voy a ver una serie provista de cola-cao y galletas, que hoy tengo que embalar los cacharros de la cocina, y necesito reunir coraje.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Money makes the world go round, the world go round



  Si yo fuera rica...






inmediatamente me iría a ver al Dr. X, de cuya existencia me he enterado hace poco, y me operaría en su clínica, una de las pocas en España en las que se hace una operación de cuya existencia también me he enterado hace poco. Consiste en limpiar las adherencias endometriósicas que tengo en el Douglas, que no es un hoyuelo en la barbilla, sino la zona que hay entre el útero y el intestino grueso. Una zona poco glamourosa, Michael, Kirk, qué pena que no tenga que ver con vds.


El Douglas también es otra cosa


     Tardaría unos días en recuperarme de la operación, y, según me han dicho, la intensidad de mi dolor bajaría bastante, así que ya no me pasaría horas en la cama con la manta eléctrica, y podría dedicarme a otros menesteres, como seguir gastando mi recién adquirida fortuna.

  ¿En qué? En tranquilidad para hacerme un ciclo FIV sabiendo que tengo pasta y tiempo para los que hagan falta hasta quedarme preñada. Seguro que con ese panorama, no tardaría mucho, ¿no dicen que estar tranquila ayuda? Jejeje, no iba a estar yo tranquila, ni nada, sin este dolor puñetero y con 40.000 euros en el banco... Sí, eso no es ser rica, rica, rica de dar asquito, pero es tener una cuenta corriente Kortajarena, ¿no es cierto?

modelo de cuenta corriente chachi

    15.000 euros, de media, cuesta una adopción internacional. Adoptaría tres o cuatro niños, en plan Angelina Jolie (porque yo haría crecer mi fortuna, por supuesto, lo de apoltronarse no va conmigo).

    Y también tramitaría alguna adopción nacional, porque, siendo rica, 6 o 7 años de espera no parece tanto tiempo, sobre todo sabiendo que al final voy a tener hijos sí o sí... ¿Sabéis que da una paciencia y una calma que ni el mejor spa ni la meditación zen?: una cuenta de ahorro Kortajarena.

    Así que, si fuera lo suficientemente rica, tendría salud y familia numerosa. Y si no fuese tan rica, pero sí un poco más de lo que soy, entonces, me operaría, me haría los ciclos FIV con más tranquilidad de la que me da mi cuenta Mr. Bean y adoptaría un niño.

cuenta corriente bastante más corriente

    Que no todas las personas que adoptan, o que se hacen ciclos FIV, son ricas o con cuentas Kortajarena, muchas piden créditos y viven apretándose el cinturón el tiempo que haga falta... Yo es que no tengo dónde hacer más agujeros ahora mismo. Tengo un tipín... 

    Algún día tonto, pienso que por qué a mí me ha tocado comprar en un supermercado en que ciertos bienes (que yo, ingenua, de niña creía muy básicos) me los venden diez veces más caros que a otras personas. Además, sigo pensando, siempre me los colocan en estanterías inaccesibles. Así que me estoy tirando años de ahorro y escalada, ahorra y trepa, ahorra y trepa, mientras a mi alrededor el personal consigue a módico precio y simplemente estirando la mano, una vida sin dolor continuo y con pequeños a los que dar (y de los que recibir) amor.

    Por supuestísimo, no se me olvida que hay gente pidiendo limosna a la puerta del super, y que yo, al menos, puedo entrar e intentar adquirir aquello que deseo. Pero de lo que trata toda esta entrada en la que quizás la imagen de mi moral (moral intachable, no te quepa duda) ha resultado pelín distorsionada, de lo que trata todo esto, digo, es de lo siguiente:


    El dinero no debería poder comprar la salud ni los hijos. Yo (y cualquiera) debería querer ganar la lotería para, por ejemplo, irme al Caribe.

lunes, 3 de octubre de 2011

Sobre mí, mis circunstancias y este blog



    Con treinta y muchos, se supone que habría que retirar el arroz del fuego, pero los fogones, desde hace tres años, no obedecen a la cocinera. El menú es infinito, hay multitud de platos además del puñetero arroz, pero el arroz me está dando una lata del copón.

    Tengo endometriosis, hace tres años que me la diagnosticaron. Da repelús contar de qué va la endometriosis, pero da más repelús tenerla...

    (Aviso de repelús) Cuando sangro (estoy hablando de sangrados femeninos, es decir, de la regla, menstruación, nuestra pariente comunista) no sólo sangro donde tengo que sangrar, sangro "por dentro", y la sangre menstrual se me queda dentro, tengo bolitas de sangre en los ovarios y el asunto me afecta a toda la zona pélvica, que me duele una barbaridad, no sólo durante mi regla, sino todos los días (algún día suertudo, el dolor me deja en paz y disfruto de una vida normal).



    Hay mujeres en las que la endometriosis cursa sin síntomas. Hay mujeres a las que les provoca menstruaciones algo más dolorosas. Hay mujeres, como yo, a las que la endometriosis les provoca un dolor que les condiciona la vida. No puedo trabajar fuera de casa, tengo que contar con que el dolor puede dejarme inútil cuando él quiera. Tomo analgesia, analgesia muy fuerte, pero aún así, no se puede contar con mi cuerpo...

    La endometriosis no tiene cura. Como mucho, podría operarme, "vaciarme", esa expresión encantadora de nuestras abuelas,


 y se supone (aunque no se garantiza) que el asunto mejoraría. Sí, es una puñeta.

    Luego está lo de los hijos. Que por eso no me "vacío", además de porque aún no tengo cuarenta años y no me hace mucha gracia entrar en menopausia precoz. N. y yo queremos tener hijos, y no podemos. Lo intentamos, ya sabíamos que con mi endometriosis lo íbamos a tener difícil, y lo tuvimos difícil. Así que para tener hijos no nos queda otra que recurrir a las técnicas de reproducción asistida, y en eso estamos. Que también nos hemos planteado adoptar, claro, algún día escribiré sobre eso...

    Mi currículum como opositora a mamá, hasta ahora, cuenta con lo siguiente:

    -  Un embarazo extrauterino. Por culpa de la endometriosis el embrión se quedó atascado en una de mis trompas de falopio, y hubo que deshacerlo con una inyección de metotrexato.

    - Una fecundación in vitro, de la cual obtuvimos cuatro embriones viables para ser transferidos a mi útero. Acogí a dos, no progresaron. Acogí a los otros dos, tampoco progresaron. Lo de la FIV no es llegar y besar el santo, ni en mi caso ni en el de nadie, es un camino largo y frustrante.

    Pertenezco a la primera generación española que dispuso con total libertad de anticonceptivos. Desde la adolescencia, lo que siempre se nos dijo que era fácil era quedarse embarazada... Había que tener mucho cuidado y tomar muchas precauciones. Por tener, fuimos los primeros que tuvimos precauciones de colores y sabores...


    Y ahora resulta que, cuando toda la vida me habían contado que hasta una "paja rebotada" me podía preñar, para conseguirlo llevo un año enseñando mi "zona del ocio" a mil médicos, soportando un dolor de huevos, nunca mejor dicho... Y nada. En los últimos días el dolor está yendo a más, y por no saber qué hacer, he dado en escribir un blog.

    Que espero que no me salga tan llorón como esta primera entrada, quisiera escribir con más humor, y no sólo de cuestiones relacionadas con mi enfermedad y con nuestros problemas (los de N. y míos) para tener hijos. Pero hoy no me ha salido más que esto, ya sabréis, quienes lo leáis, disculparme.

Imágenes

Las imágenes que ilustran este blog, o bien son fotografías hechas por la autora, o imágenes sacadas de la web. En este último caso, en general añado un enlace que indica de dónde proceden. Si alguien considera que he subido una imagen sin respetar suficientemente los derechos que sobre ella pesen, le ruego que me lo comunique y solucionaré cualquier problema que haya creado involuntariamente.